La artesanía del Belén en Puente Tocinos
La artesanía del belén o el arte belenista se remonta a la época de San Francisco de Asís, cuando el santo pidió permiso al Papa Horacio III para representar en una aldea de la Toscana, la sagrada familia en un pesebre, establo, granero o cueva donde, según Lucas 2,7, nació el niño en la noche del 24 de diciembre. Según el relato de los Evangelios apócrifos y del texto del libro del profeta Isaías y del Habacuc la sagrada familia estaba acompañada por una mula y un buey.
A partir del siglo XVIII la influencia del presepe napolitano se difundió rápidamente en España, debido a la imposición del gusto por el belenismo que inyectaron las modas aristocráticas y por el conocimiento de las colecciones reales de Carlos III, el cual tuvo que traspasar a su hijo el Reino de Nápoles y Sicilia, tras recaer en él la Corona de España. Se instaló el nuevo monarca en la corte madrileña, donde intentó modernizar la sociedad utilizando su poder absoluto mediante un programa ilustrado con un equipo de ministros, entre los que se encontraba el murciano Conde de Floridablanca.
A finales del XVIII, Francisco Salzillo representa el perfeccionismo y la madurez del belén murciano. El conocimiento belenístico lo demuestra en la realización de las 556 piezas para el encargo del aristócrata murciano Jesualdo Riquelme y Fontes en 1776. Además de las escenas de los pasajes religiosos, Salzillo y sus discípulos modelan figuras, donde se representa al pueblo llano y una gran cantidad de animales, coetáneas con el artista y el taller. Destacan los oficios y las vestimentas de la época, siguiendo el gusto napolitano de la recreación más próxima al momento que se está viviendo.
Se constata una sedimentación en la manufactura del arte del belén en Murcia durante el siglo XIX, con la continuación de la artesanía belenística en talleres familiares ubicados en los barrios de la ciudad de Murcia, muy importante fue el taller de González Savre en la localidad de Puente Tocinos.
Con el paso de los años, la tradición belenística se ha quedado focalizada en la pedanía puente tocinera. En sus calles perviven talleres de maestros artesanos encargados de crear y moldear infinidad de piezas. En este enclave de la Huerta de Murcia saben de primera mano que su labor se prolonga durante todo el año como medio de vida, de diciembre a diciembre, en unos talleres donde la Navidad permanece durante los doce meses del año. Talleres en los que la familia es el eje principal.
Por lo general este tipo de trabajos artesanos han ido pasando generación tras generación, y es por ello que en gran parte de los talleres de belenes encontramos familias completas abuelos, hijos, hijas, nietos, nietas, cada uno de ellos especializado en una labor.
Dentro de este grupo de artesanos podríamos citar a la Artesanía Griñán Coll con Manuel Griñán y Juan Antonio Coll a la cabeza; la Artesanía Ramírez, con Jesús Ramírez Turpín; Belenes Murcia, con Jesús Griñán Nicolás; Galán Artesanos belenistas, con Antonio y Josefa Galán; J. F. De Grián con Josefa Fernández Maiquez; o Maestros artesanos con José Griñán Fernández. Por todo ello, damos sentido a la afirmación de que Puente Tocinos es conocido regionalmente como la Cuna del Belén, un espacio de Huerta, en el que la artesanía del Belén se respira por los cuatro costados al llegar el tiempo de Navidad.
En la pedanía de Puente Tocinos podemos disfrutar del belén en todos sus sentidos a través de su casa-museo, localizada en una antigua casa torre del siglo XVIII, conocida popularmente como la Torre del Reloj o Torre Ayllón, que se encuentra en la calle Olivo esquina carril de la Torre.
Es un inmueble ejemplo de arquitectura barroca regional, vinculado en otros tiempos a la explotación agrícola y sericícola de la zona. La Torre del Reloj se convierte en la Casa del Belén, un espacio museístico y un centro de interpretación que engrandece la tradición belenística en la Región, ideado para acercar la labor de los artesanos a los ciudadanos y que está dedicado íntegramente a su promoción y difusión. A través de este espacio museístico se promociona y difunde la artesanía del belén murciano junto con obras y artistas locales de gran prestigio nacional.
Desde su inauguración en 2013, la Casa del Belén ofrece al visitante una exposición permanente donde se puede admirar, además del belén monumental y la colección de belenes de África, las Natividades elaboradas por los artesanos regionales donde se puede apreciar la firma y el estilo de los ya mencionados Griñán Coll, Griñán Griñán, Guillén, Ramírez, Serrano, Tambaliche, Mirete, Murcia, Pardo, Figuralia, Galán, J.F. de Griñán, Maestros Artesanos, Nicolás Almansa y Blázquez.
La elaboración tradicional de figuras de Belén ha evolucionado con el paso del tiempo, en nuestros días nuevos materiales y procesos de cocción han mejorado la elaboración de estas piezas artesanas repletas de historia. Los maestros artesanos de Puente Tocinos, cada vez que se enfrentan al proceso de creación de una pieza, cogen la materia prima, la arcilla, formada por barro y arena.
Con la arcilla, ayudado por unas varillas de metal, confecciona unos brazos, unos pies, etc., así una a una todas las partes necesarias. Cuando el maestro artesano tiene elaboradas las partes que componen la totalidad de la pieza, hacen un molde en yeso de cada una de ellas, de forma que se pueda repetir tantas veces como sea necesario.
Proceso lento y laborioso ya que por ejemplo, para componer las siete piezas de un Nacimiento con las imágenes de San José, la Virgen, el Niño, cuna, mula, buey o Ángel, se pueden llegar a necesitar unos cuarenta moldes construidos en yeso o escayola.
Una vez fabricados los moldes que son el negativo de la pieza, el artesano lo corta por la mitad para ir rellenando el hueco con arcilla, la aprisiona y al abrir aparece la figura, a falta de modelar los últimos retoques. El siguiente paso es la cocción de la pieza, la cual se realiza en un horno que debe alcanzar los mil grados centígrados de temperatura.
Una vez enfriadas, se acopian en la siguiente sala a la espera de recibir una imprimación y pasar al proceso del enlienzado de la figura, manufactura que consiste en colocar un manto, un turbante o complementos de tela de lienzo a la imagen con la intención de dotar de mayor realismo la pieza.
En otros casos estas telas unas vez secas, son pintadas por las manos artesanas de hombres y mujeres a base de través de pinturas vegetales, barnices; un trabajo minucioso y de precisión con el que se culmina el proceso artístico.
Tras la visita a un taller artesano, el turista no puede abandonar la localidad de Puente Tocinos sin visitar los establecimientos típicos en donde degustar la rica gastronomía huertana o escuchar los típicos aguilandos murcianos por las calles del pueblo en los días de Navidad.
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